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Full text of "Sentir..."

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LUISA LUISI 



SEriTlF^... 

(POESIAS) 



MONTEVIDEO 
imprenfe y Cosa Rdilorial " Renac¡niien(o " 
Librería " Mercurio " de Luis y Manuel Pérez 
Calle 25 de Mayo. 4«3 
1916 



A MIS PADRES 



DEDICATORIA 



DEDICATORIA 



Oh t Corazón abierto 

A todas las torturas de lo Eterno 1 . . . 

Para ti que has sentido 

El Dolor infinito 

De las cosas : y has comprendido el alma 
Palpitante y oculta, que en las ramas, 
En las rocas graníticas e inmóviles. 
En la nube que pasa, y en el brote 
Que germina ; en la gota de rocío, 
Y en la brizna de hierba, en el Irino 
Del ruiseñor, y en la doliente queja 
De los mares, que sin descanso velan 



4 



SENTIR . 



Tiende su ansia suprema y dolorosa 
Hacia d Enigma Indescifrable: y sola, 
Angustiada y terrible, sufre y vive: 
Para ti, corazón, en tu imposible 
Anhelo prisionero, en tu cárcel desterrado, 
Y en cadenas de carne aherrojado: 
Para ti. hermano de infortunio 
De la piedra, el gusano y el terruño. 
Son mis versos, ventana al Infinito 
Abierta por mi Ensueño dolorido . . . 



1916. 



PASIONALES 



MIRAME. ASI 1 



Miróme asi ! . . Con eso 

Tu mirodo profundo y fervorosa : 

I Yo siento tu mirado que me beso 

Con su beso de luz sobre lo boco ! . . . 

Mírame as!l . . . Tus ojos 
Son dos hogores de condenles llamos : 
I Yo los he visto desprender los rojos 
Reflejos de los brasos I 



8 



SENTIR . 



Mírame asi I . . . Yo anhelo 
Consumirme en la llama de tus ojos : 
Y en espirales remontar ai cielo 
Como el incienso en el altor piadoso 1 

Mírame así I Mírame así l . . . -La vida 
No tiene precio si tu amor me niegas ; 
Mírame asi I aunque abras una herida 
Por donde el alma se desangre y muera 1 . . . 

Más allá del momento en que te miro 
No existe dicha, ni ilusión, ni encanto ; 
Toda mi alma va a ti > cuando suspiro: 
Miróme así [ . . . ferviente de entusiasmo I , . , 



TUS OJOS 



Son abismos tus ojos, insondables ; 

Hondos como misterios, negros como delitos : 

Profundos, infinitos 

Como enigmas tal vez indescifrables. 

Son ardientes tus ojos, como brasa 
Quemante de volcanes ; oscuros como noches 
Que no prendieron luminosos broches 
Sobre su opaca túnica de gasa. 



10 



SENTIR . 



Son cortantes tu5 ojos, acerados : 

Hieren como floretes, se hunden como puñales, 

Y quedan en el fondo del corazón clavados. 

Ah ! tus ojos, ardientes y fatales : 

üe fjego concebidos, de misterio creados. 

Son dos irresistibles imanes infernales I . . . 



1913. 



TARDES DE ENERO . 



Tardes de Enero I Luminosas fardes 

Vestidas de arrebol ! 

Mágicas tardes en que el sol derrama 

El oro de sus rayos ardorosos I 

Tardes de Enero en las risueñas playas, 

Do se besa el azul de lo Infinito 

Con le esmeralda líquida del mar! 

I Tardes de Enero, cuando el sol desciende 

Sobre la alegre multitud inquieta 

Y deja una nostalgia en cada frente 

Y en cada corazón una IrisfezQ I 
Oh tardes luminosas 



12 



SENTIR . 



Por el brillo de la primero estrella, 

Y por la luz más suave todavía 
De sus pupilas negras l 

Tardes de Enero, fugitivas lardes. 
En que sus ojos, al besar los míos 
Me hablaban de sus ansias infinitas 
En lenguaje divino I 
Tardes que conocieron mis esperas, 

Y ocultaron el brillo de mis ojos 
Cuando los suyos me dijeron *'te amo» 
En la paz de los cielos venturosos! 
Tardes de Enero I Misteriosas tardes 
Que mi amor cobijaron I 

Donde aprendí a sufrir por sus desvíos 

Y a suspirar en vano I . . . 

¿En dónde están? ¿Qué nuevos horizontes 
Se tiñen con su púrpura mognílica? 
¿ En dónde están sus fiestas de colores. 
Su dulzura infinita? 



SENTIR . 



Pisó Febrero en su fufloz carrera. 
Marzo llegó. Sus noches otoñales 
Despertaron recuerdos adormidos, 
Cuando asomada a mi balcón, mirando 
La noche y cl vacio 
Evocaba otras noches semejanles 
En que a mi lado, urdieüte. 
Mis manos estrechaba 

Mientras me hablaba de su amor : y alegres. 

Con sus ojos clavados en los míos 

Dejábamos pasar hora Iras hora 

En éxtasis divino I . . . 

Marzo pasó también. Una iras otra 

Resbalaron sus horas al olvido. 

Como collar que se desgrana, lento. 

Entre manos de lirio. 

Marzo pasó, llevando cada día 

Una esperanza muerta, 

Una ilusión destruida, 

Mientras la soledad teje sus mallas 

Y en el silencio vela I 



14 



SENTIR 



Hoy tiende Abril sus brumos sobre el Prado r 
Y entona su monótona cantiga 
La lluvia lenta, perezosa, triste 
Como la Vida misma I 



¿En dónde estás? ¿En dónde estás? ... Te llaman 

Mis ansias doloridas, 

Mi nostalgia, mi amor. insomne vivo. 

Mi tristeza infinita I . . . 

Te llame mi amargura, mi esperanza 

Que pertinaz renace, 

Aunque selle el orgullo nuestro labio 

E indirerenle por tu lado pase I 

i En dónde estés ? Olvida mis enojos 

Y a mi llamado acude: 

i Te quiero con el ansia del gemido 

Que hasta mi labio sube I . . . 



Abril. 1913. 



SIEMPRE TUS OJOS 



Dos gotas misleriosBs de tinta de la China 
Cayeron sobre nácar rodeado de marfil: 
Las envolvió, muy larga, la red de seda fina 
Que entretejió una arañe en sus vaivenes mii. 

La mano que vertiera las gotas de anilina 
Trazó, con pulso firme, un arco en fu perfil; 
Tan puro, tan sereno, de curva lan genuina 
Que imita un arco^ris trazado con buril. 



16 



SENTIR . 



A veces me pregunto, mirando pensativa 

Tus ojos, donde fulge una cenlelía extraño 

Por qué poder oculto me encuentro allí cautiva ; 

Y pienso que una tarde ia red de tu pestaña 
Aprisionó mi ensueño cual mosca fugitiva 
Que queda prisionera de una sutil arañe . . . 



Agosto. 1973. 



PARA TUS MANOS 



No pregunles, mi bien, por qué le quiero ; 
La causa de mi amor grave es, e inmensa : 
|Te quiero por lo negro de tus ojos 
Y por fu ardiente palidez morena I . . . 

Te quiero porque iíenes como lirios 
Manos de amor y suavidad supremas: 
1 Manos que son las hostias con que sueño 
En comuniones de ternura plenas I 



18 



SENTIR . 



Manos que si «prisionan, esclovizan : 
Mano que si acaricioii. encadenan ; 
i Manos que son las cárceles que anhelo, 
Paro las mías que su encierro esperan t 

Oh I manos cuyas férvidas caricias 
Sun la obsesión consldnte de mi pena I 
Manos de mis nostalgias y delirios 
Que de Amor y Dolor mis horas llenan I 

En ellas puse el ansia de mi vida 
Y el fervor de mi Cálida Quimera : 
Manos que aprisionaron mis ensueños 
En las ledes azules de sus venas I 

Manos de fuego y de pasión. Divinas 
Menos supremas de armonía y fuerza: 
En el esíuche de sus róseas palmas 
Mi corazón aprisionado, sueña . . . 



SENTIR . 



19 



Manos pora diadema de mis sienes 
Sobre mi vida apasionada, abieHas ¡ 
Palpitantes palomas amorosas 
Que buscan nido y ¡unto a mi revuelan ! . . . 

Oh I manos que los hilos de mi Vida 
Tejiendo van en misteriosa tela : 
Y entre la trama que sus dedo» hilan 
En intrincados nudos quedan presas I 



No preguntes, mi bien, por qué te quiero : 
La causa de mi amor grave es. c inmensa : 
¡Te quiero por lo negro de lus ojos 
Y por tu ardiente palidez morena I . . . 



OJOS VERDES 



Verdes cual ia promesa lejana de un oasis 
Que engarza una esperanza en árido joyel, 
Tus ojos, esmeraldas robadas por Amasis 
Brillaron en la frente de una princesA infiel. 

Más farde, conducidas a un sanio Monasterio. 
Donadas como ex -votos, en signo de piedad, 
Extrañas, cual vivientes retazos de misterio 
A un rostro de Madona prestaron realidad. 



SENTIR . 



21 



Con su mirada ardienle, los ojos de la Santa 

Turbaron el ensueño de un mislico Varón 

Que la robó una noche con impiedad que espanta 

Y la besó en la boca con beso de pasión . . . 

Los ojos de esmeralda cobraron aquel dia 
Destellos misteriosos y sombras de Luzbel ; 
Extraños resplandores, Fulgor de idolatría 

Y el íntimo reflejo del sacrilegio aquel. 

¿Por qué poder oculto, las verdes esmeraldas, 
— Promesa de verdura y ensueño medioeval — 
Pusieron en tu rostro sus raras luces caldas 
Prestándote su encanto sacrilego y fatal ? . . . 

Lo cierto es que tus ojos, cambiantes como mares. 
Donde la luz se quiebra en gomas de verdor 
Reflejan el misterio de iodos sus azares 

Y guardan de sl origen extraño rcsplondor. 



22 



SENTIR . 



Son frescos y serenos como la verde palmo 
Que ofrece en el desierto su sombra secular; 
Dormita en sus miradas la misteriosa calma 
Que la princesa egipcia obliga a recordar. 

Son puros, con el suave mirar de la Madona, 
Fervienlfs, con \a mística Gracia de su Fe : 
Y turbios, cuando en ellos delira y se apasiona 
El alma atormentada del monje de Courfrai. 



Agoslo. tot^ 



TUS OJOS. TUS OJOS NEGROS. 



Tus ojos, tus ojos negros, 
Como implacable asesino. 
Me hallaron en su camino ¡ 
Robáronme el corazón. 

Tus ojos indiferentes 
Cuyos secretos ignoro ; 
Tus ojos que loca adoro 
Hasta perder la razónl 



SENTIR . 



Ah I Quién me diera ser bella. 
De belleza irresistible, 
Paro volverte sensible 
Al encanto de mi amori 

I Quién me diera sumerijírmc 
En tu mirada profunda, 

Y sentirme, moribunda, 
Desmayar en su fulgor I . . 

i Quién me diera contemplarla 
Ardiente de idolairia, 
Fundir mi melancolía 
Al calor de su pasión I . . . 

I Quién me diera encadenarla 
A mis pupilas de fuego. 
Hasta quitarte el sosiego 

Y aherrojarte a mi balcón I . . . 



25 



Ah I Tus ojos inclemenles 
Por qué le muestran esquivo ; 
Tus ojos, por los qup vivo 
En continuo agonizar I . . . 



Tus üjüs que me exasperan 
Con su eterna indiferencia 
Y despierlan mi demencia 
Con anhelos de matar I 



Tus ojos son los culpables 
De mis deseos de muerte; 
Por ellos anhelo verte 
Encadenado a mis pies. 



26 



SENTIR . 



Ah! Clávalos en lo» mío» 
Tus negros ojos crueles. 
Embriágalos con sus mieles 
... Y arráncamelos después I . . , 



1913. 



NO ERAS TÜ . 



De pie sobre mi pena y mi amargura 
Te alzaste en el dolor de mi pasado. 
Destacando viviente, tu figura 
En la penumbra del recuerdo alado. 

£1 oscuro destello de tus ojos 
De mi Visión atravesó la niebla ; 
Disipando sus pálidos despojos 
Como disipa el alba a la liniebla. 



28 



SENTIR . 



Te alzasle, entre los luies de mt Ensueño 
Con tu implacable realidad humana, 
Desvaneciendo mi encantado sueño 
Con tu presencia material ... y vana. 

Ay I no eres iú la celestial Quimera 
Que me siguió en ta noche y en el día ! 
No es tu Visión, serena y placentera 
La que rn la duda me sirvió de guía I . . . 

Si yo di a mi ilusión ardiente y pura 

Tu forma corporal y pasajera 

I Más noble que tu pálida figura 

Se alza en mi pecho mi Visión primero I . . . 

Ah I pero frente a tu existencia viva. 
Frente a lo real, que de tu gesto fluye 
Se desvanece mi ilusión cautiva 
Y la Visión de mis ensueños huye I . , . 



SENTIR . 



29 



Porque comprendo el engañoso encanto 
Que tu alma embelleció en mi fantasía, 
Y sé que en tí lo que había amado tanto 
Era una imagen que en mi pecho ardía I 



Mas no ha de descender hacia su Ocaso 

ensueño herido por íu mano artera: 
j La realidad debe ceder el paso 

Y humillarse, y servir a mi Quimera I . . . 

Y si no basta que se doble y tuerza 

Y se humille servil a mi Visión. 
De mi locura con la extraña fuerza 

He de destruir de un golpe a mi razón I . . . 



91 y 



FIN. 



Todo acobó . , . No brolan verdes ramos 
Ni se abren flores en los íroncoa secos : 
Mi corazón (e entregó yn su pura, 
Su ardiente floración de sentimiento I 

No pretendas que surjan del olvido 
Las dulces horas que soñó mi pecho: 
] Las rosas del Amor ya no perfuman 
Las mustias ruinas del pasado nuestro I 



SENTIR . 



31 



Deja que siga el curso de los días 
Y en nuestro corazón hundo el Recuerdo ! 
Las cosos más distantes son más bellas 
Porque el tiempo las viste de Misterio I 



Me invade una sutil melancolía 
Cuando al pasar, alguna vez, te encuentro : 
[Nada palpita en mí cuando te miro, 
Y fuiste paro mí todo et Ensueño I . . . 

Sólo quedo en el fondo de mi alma 
La cicatriz de un hondo sentimiento : 
I No pidos que revivo mi cariño ; 
Ni odio, ni amor, dentro de mi conservo I 



915. 



A UNOS OJOS AZULES 



Ojos ozules de nostalgias. Ojos 
Donde agoniza un ser en lontananza : 
Ojos sin ambición y sin arrojos, 
Cansados de mirar a la Esperanza. 

Ojos que me seguis con la irisíeza 
De los grandes vencidos de la Vida : 
Cristales empañados de pereza 
Por donde el alma de mirar se olvida. 



SENTIR . 



33 



Ojos Qzules de cansancio. Flores 
De pétalos marchitos : 
En donde se desmayan los colores 
En sueños infinitos ! . . . 

Ojos de fatalismo indiferente 

Que miran hécia ñdcn/ro: 

Como si el alma de su cuerpo ausente 

No encontrara su centro. 

Ojos azules de tristeza, fijos 

Más allá del dolor y la mentira : 

Extraños y dolientes crucifijos 

En que el Amor crucificado, expira I . . . 

Ventanas entreabiertas, donde el alma 
Vuelta de espaldas a la Vida, sueña : 
Mares de incierta y misteriosa calma 
Que la tormenta de turbar desdeña. 



34 



SKNTIR . 



Ojos azules de pensares. Mustias 
Aves dormidas en su vuelo : 
Que alrsvesaron lodas las angustias 
Y colgaron sus nidos en el cielo I . . . 



Ojos azules de mirar tedioso: 
£n la tristeza azul de vuestra calma 
I Quiero prender el broche luminoso 
De mi impetuosa alma I . . . 



PARA TUS OJOS VERDES 



Ojos verdes, misteriosos 
Por sus reflejos extraños : 
Ojos que me causan daños 
Con sus rayos luminosos ; 
Ojos verdes, ponzoñosos 
Por su hipnótico mirar : 
Ojos hechos para amar, 
Ojos que piden quereres, 
Ojos dulces, cuando quieres 
Un corazón conquistar I . . . 



36 



SENTIR . 



Verdes flores inquietantes 
Abiertas sobre mi ensueño 
Cual corolas de beleño 
De mis horas delirantes. 
Lagos de linfas cambiantes 
Do se quiebran los reflejos; 
Maravillosos espejos 
Do se retrata mi vida 
En tus párpados dormida 
Como una luz a lo lejos!... 

Astros de royos dolientes 
Florecidos en quimera» 
Que imantaron mis esperes 
Con sus luces fabrícientes : 
Faros de auroras sonrientes 
Y engañosas claridades 
Que mintieron realidades 
Con sus pérfidas promesas 
En tus miradas impresas 
De extrañas seguridades I 



SENTIR . 



37 



¿Qué sirena encantadora 
Hambrienta de corazones 
Ocultó sus ambiciones 
En tus miradas de aurora?... 
— Si su sed dev oradora 
Pide mi vida doliente, 
Como un vampiro fulgente 
Apostado en tus pestañas, 
A tus pupilas extrañes 
La entrego, amorosamente I. . . 



PANTEISMO 



fli Dr. Carlos Vaz Ferreira, 



PANTEÍSMO 



iSl sol entra en mi almo con uno fuerza extraña. 
V de mi ser ia humana integridad disuelve : 
Vo siento en mí la esencia, hermana de la araña 
Surgida de la Tierra y que a la Tierra vuelve. 



Mi cuerpo es como incienso que al aire se evapora: 
Mi vida se confunde con toda humilde vida : 
Murmura con la brisa, con el rocío llora 
Y en el éter disuelta, vaga en la luz perdida. 



42 



SENTIR 



Es mía la plegaria del tallo que se eleva 

Y el éxtasis del árbol que en floración se exhale,: 

Y la derrota amarga de la hoja a quien se lleva 
£i céfiro liviano que por mi sien resbala. 

Inmóvil y tendida sobre su tibio seno 

Soy una forma nueva que de la Tierra emana : 

Y ei jugo que palpita de floraciones lleno 
En mí canta el divino surgir de la mañana. 

Soy una con el Todo, y el Todo en mí se funde; 
No sé donde comienza mi ser, ni donde acaba. 
Un corazón inmenso en donde el mío se hunde 
Palpita sobre el mundo y de él me rinde esclava 



1914- 



A JUAN RAMÓN JIMÉNEZ 



Sentir osi I . . ■ Ser una 
Nube que pasa por el éter, sola. 
Transparente y fugaz, como un girón deshecho 
Que se prende en la cresta de la loma 1 . . . 

Sentir así I . . . La carne perfumada 
Qué agoniza en el cáliz de las rosas 
iCómo palpita en nuestra propia carne 
Abierta en una herida dolorosa I . . . 



44 



SENTIR . 



¿£s nuestro propio corazón que late 
O late un corazón en cada ola ? . . . 
¡Tiene la voz de nuestra queja el viento 
Que en la tristeza de la tarde llora ! . . . 

¿De que nos despedimos, que asi sangran 
Nuestras venas abiertas en luz roja ? . . . 
¿Quién se va en esas largas despedidas 
Que el sol de Ocaso con sus rayos dora? . . . 

Sentir asi ! . . . Por la ventana abierta 
Se filtra el alma entera gota a gota ; 
Y penetra en ia estancia apcnumbrada 
£1 alma incontenible de la hora ! . . . 



1016. 



PRIMAVERA 



Ay I Todo cania en derredor . . . 
Todo suspira 

tn la infinita languidez de Octubre: 

La Vida pulsa su robusta lira 

Y todo canto con sus notas cubre, 

Todo suspira en derredor ... El campo 

Recomienza su verde sinfonía. 

Que empieza en un pianissimo discreto 

Con lo pálida y tenue melodia 

De Ibs yemas que rompen su secreto. 

En la negra corteza de las ramas. 

Sobre la abrazadora enredadera 

Se repite la suave y frógil nota 



46 



SENTIR . 



Que murmuro sonriente la pradera 

Y de los surcos aun abiertos brota. 

Y se extiende el verdor, en un crescendo 
En que cada hoja es una nota nueva: 

Y que aumenta, y los ámbitos invade, 

Y con le savia que el vigor renueva 
En cada planta un instrumenlo añade. 

Y estalla al fin magnífico el íortisaimo 
De las oscuras y profundas frondas 
Que cubren con dosel incomparable 
El misterio sonoro de los hondas 
Armonías del bosque impenetrable I . . . 
Todo suspira en derredor ... El campo 
Todos sus himnos a la vez entone, 
Que rompen, en colores y en sonidos. 

Y que la luz meridional corona 
De fúlgidos y alegres estallidos I . . . 

Primavera ! . . . Renuevo de promesas 
Que mientes juventud año tras año: 
Ayl ¿Dónde están las hojas que se abrieron 



SENTIR . 



47 



^rias también de tu belleza antaño. 
\ víctimas de Junio perecieron ? . . . 
iDónde están las corolas y los nidos. 
Que soñaron perenne tu alegría, 

Y se entregaron a tu gracia loca. 
£n la esperanza de tu eterno día 

Y la eterna sonrisa de tu boca ? , . . 
t . . Una tras otra, perecieron todas 
Arrojadas al fango de la tierra ; 

Y aus cuerpos exánimes y yertos 
Alimentan la gloria de la sierra 

Con la belleza de sus sueños muertos I 

Primaveral ¿Qué importa que le vistas 
Con túnica invariable de verdura. 
Si no renacen las marchitas hojas 
Oue encontraron eterna sepultura 
£n el incendio de las lardes rojas? . , . 
¿Qué importa que derrames tus perfumes 
De las urnas vivientes de las flores. 
Si aquellas, deshojadas en otoño. 



48 



SENTIR . 



No maiizan con pálidos colores 

Las entreabiertas hojas del retoño?... 

¿Qué importa que le vistas de armonias 

Y derrames tus galas y tesoros, 

Si tus hojas, tus flores y tus nidos 

No son los mismos que tiñó en sus oros 

El beso de Ponientes extinguidos ? . . . 

. . . Sólo una vez sonríes. Primavera. 
Para los seres que a la vida diste 

Y arrojas a ignorada oscuridad. 
Sólo una hora para amar existe, 

Y para padecer, la eternidad 1 , . . 

i Ay de la flor que no escuchó el reclamo 
Que tu belleza susurró a su oído, 

Y sorda a los halagos de tu acento 
Su pobre corazón estremecido 
Entregó sólo a la merced del viento ! , . , 
I Ay de la flor que al terminar el día 
No cumplió el rito que su ley le ordena, 

Y en espera de nuevas floraciones 



SENTIR . 



49 



^belleza de une horo guardó ajena 
Hl licsta de amor y a sus canciones I 

Bb una vez sonríes, Primavera. 
■9 una vez, a cada vida humana ; 
M de las almas que sorprende Mayo 
■f la ternura de algún alma hermana 
ih las cobije con su tibio rayo I . . . 



CREPUSCULAR 



Se oye en la lejanía el sollozar de un cuerno 
Cuyas dolientes notas son una queja Kumono : 
La (arde sobre el campo tiende su sombra arcan# 
Que lo tristeza aumenta de un desolado invierno. 

Sobre el dolor del hombre que es patrimonio etern^ 
Extienden [as estrellas su compasión lejana 
Y asoma a sus pupilas el alma de una hermana 
Que vela desde lo olio sobre el dolor fraterno. 



SENTIR . 



51 



Es la hora en que el Mi;(erío se yergue más augusto; 
Ante su fuerza extraño, el bruto más robusto 
Doblega temeroso, la indómita cerviz. 

Y siente en lo más liondo el alma estremecida 
Que todo lo que anima un liálito de vida 
Comulga en el Enigma de una común ra¡2. 



1913. 



LA ESPERA 



La casa, en el silencio de la noche. 
Duerme, olvidada, su tranquilo encanto ; 
Los asiros, uno a uno, abren su broche 
Con clavos de oro sujetando el manto 

De crespón. Se oye el rumor de un coche 
Muere cerca de mí, lejano canto. 
El misterio y la paz hacen derroche 
De silencio sonoro, augusto y santo, 



SENTIR . 



53 



iJna sirena de vapor solloza. 

£l aire con su soplo apenas roza 

Las hoja«i. Un grillo cania entre el paslo, 

Suspensa el alma a cada ruido, espera . , 
Hasta que quiebra el éxtasis, afuera, 
Un paso conocido en el balasto. 



MEDIODÍA 



Yo adoro en el verano, cuando arde el mediodía 

Y el aire se eslrcmece vibrante de calor; 

Y la Natura entera, en medio a la atonía 

Se entrega, en un desmayo, vencida por su ardor; 

Cuando la tierra abrasa y el sol es una hoguera 
Que filtra en nuestras venas candente languidez; 
Cuando cada partícula la lumbre reverbera 

Y es reflector el cielo, de extraña palidez : 



SENTIR . 



55 



Bindo se agrieta el suelo y se abre en un espasmo 
Bdienlo de frescura que calme su dolor ; 
mMndo la infeligencia se aduerme en un marasmo 
BBC embota su agudeza y la hunde en el sopor. 

^0 adoro, en el silencio pesado y luminoso 
Que arroja, como plomo, la luz meridional. 
t)ir de la cigarra el canto fatigoso 
De monocorde acento y ritmo siempre igual. 

Xos élitros que vibran con estridente nota 
Semejan un resorte que afloja su tensión : 
£1 canto se prolonga monótono, y se agoto 
k\ fin. cual si la cuerda llegare a su expansión. 

Oculta entre la sombra que Enero hace profunda 
Su voi es el lenguaje viviente del placer 
Que la Natura entona en su embriaguez fecunda 
Cuando del sol la postra el cálido poder. 



56 



SHNTIR . 



Yo adoro el inconsciente cantor de la cigarra : 
Metálico sonido que se evapora al sol : 
Su ñola mecedora la calma no desgarro 
Pero se funde en ella como si en un crisol. 

Sonidos, movimientos, perfumes y colores. 
Fundidos en extraño y vaga sensación 
Perdido hubieron (odas sus formas y rumores 
Al convertirse en una pesada postración. 



1914. 



HAY DÍAS . 



Hay dios, en que peso 
El corazón, como si fuera plomo: 
En que ni fuerzas liene la cabeza 
De erguirse con aplomo. 

Hay días en que el alma 
Cansada de sentir, pide reposo : 
En que el olvido de la eterna calma 
Es un consuelo misericordioso 



58 



SENTIR . 



Hay dios de triskzo sin objeto 

Y lágrimas sin causa 

Porque el mal que se sufre, es el secreto 

Mal de la vida, sin final, ni pausa. 

Hay dias de abandono tan completo, 
De soledad lan vasla. 
Que al corazón, a su dolor sujeto, 
Tu cariño no basta I 

Son los lúcidos dias en que la mente 
De su ilusión piadosa libertada, 
Sufre, inconsciente. 
La atracción de la Nada 1 . . . 



1914. 



CANTO A LA LUZ 



Moga divina, la luz es lo cambiante 
Alma del mundo 

A su beso, rosado o deslumbrante 
Cambian los cosas su sentido profundo. 

El rayo que las hiere las transforma ; 
Y no es o mediodía 
El mismo ser. en una misma forma 
Que al terminar el dia. 



60 



SENTIR . 



Palacios encanindos de la aurora 
Ouc un rayo crea y que destruye un rayo : 
Bosques maravillosos de una hora 
Dormidos en un lánguido desmayo. 

Monstruos devoradorcs 

En frácjicas manadas de exterminio : 

Campos deslumbradores 

De un nevado y espléndido dominio 

Cadenas imposibles de montañas 
Culminando dantescos precipicios: 
Perspectivas fantásticas y extrañas 
Abiertas en volcánicos resquicios. 

Misteriosas ciudades incendiadas 
En hoguera monstruosa : 
Que levantan sus cúpulas airadas 
En siniestra blasfemia pavorosa. 



SENTIR . 



61 



perfiles sirenas, centauros arrogontes, 
Silfos, ninfas, querubes, 
Kacen y mueren, vagos y cambiantes 
Cn el inquieto seno de las nubes. 

£1 rayo que en sus bordes juguetea 

Los crea y los destruye ; 

Como en la mente un sueño que aletea 

Se condensa un instante, y se transforma y huye. 

La luz maravillosa es un artista 
Con mil almas distinfas en sus rayos ; 
Que al quebrarse en lo vivo de una arista 
Su paleta enriquece de mil colores gayos. 

La luz maravillosa es como un alma 
Que vaga en los contornos del paisaje ; 
Y en la fresca pureza de la calma 
Se visle en la alborada de un celaje. 



62 



SENTIR . 



Y es la morena y calida gitana 
Que vuelca a mediodía sus ardores. 

Y como una sunfuosa cortesana 
Se visfe de fulgores. 

Con fijnicB de lilas y de rosa 
A la hora de la mística belleza 
La luz es una viuda silenciosa 
Que llora entre los sauces su tristeza. 

Y es el almo satijjrienta de Byzancio 
Que enrojece de crímenes el cielo : 

Y es el alma de (edio y de cansancio 
Que sobre De Mussef tendió su velo. 

La luz maravillosa es como una 
Inmaterial Ofelia en los jardines 
Que platean los rayos de la luna 
£n perfumada lluvia de jazmines. 



SENTIK . 



63 



B luz tiene mil almas, y es el alma 
Bvabiaiile y una de las cosas : 
Ib como un hada mágica que ensalma 
Enanto tocan sus manos milagrosas. 

1«a luz palpita en el ambiente, 

y vibra, y se estremece y brilla y cania : 

Y es un inmenso corazón que siente. 

Y es mirada de amor que nos encanta 

Transfigura las cosas, las envuelve 
En luminosa tela deslumbrante : 
Esculpe su contorno, o lo disuelve 
En gasa vacilante. 

Se quiebro y arde en una arista ; 
Reverbera eti fulgente cabrilleo : 
Se agito y danza como luco artista 

Y transforma su ser como Proteo. 



64 



SENTIR . 



Tiene coricias de mujer; audacias 
De enamorada y de coqueta : 
Deslumhra con sus grncias 
O se oculta, discreta. 

Provoca, incita, se desmaya y besa 
Con arrobos de amante apasionada : 

Y cual niña irav<esa 

Juguetea y se oculta en la enramada. 

Extiende a veces sobre cl mundo 
La desolada angustia de (a tarde ; 
O con ceño profundo 
Rasga la nube en la tormenta, y arde. 

Ríe luego entre lágrimas de plata ; 

Y entre coqueterías y desmayos. 
Despliega sobre el cielo que dilata 
El abanico de sus siete rayos. 



UN REVE 



Chevalier de Songe. 



AU BAL MASQUÉ 



Ton ¿me ¿tai( ce soir douloureuse, inquiete ; 
Et dons le bal joyeux. devan( mon front masqué 
Tu resséntais poignante au tnilieu de la féle 
La douceur d'étre triste e( d étre consolé. 

Tu ne savais de moi. ni mon nom. ni ma vie . 
Tu ne savais de moi mes ycux ni ma fierté ; 
Mais derriére mon masque oimanle et atlendrie, 
Je t'ai montré mon coeur triste d'avoir revé. 



68 



SENTIR . 



Tu disais fon espoir. ton doute. la chimére. 
Le douleur de tes jours, d'un ton desabusé ; 
£t je plaidais ardente. indignée, sincere 
Le droit supreme el doux de TAmour outragé 

Nos ámes avaient fui la-bas, oü l'on se tue ; 
Au champ noir de la ¿uerre inmenae et dévaslé. 
Et la voix de l'amour dans nos coeurs s'était lúe 
Dans nos cceurs trop profonds d'un sentiment trop vrai. 

Mystérieuse a (oi j étais la tendré Amie 
Qu'i vous caresse i'áme en sonrían! d'un mot ; 
L Aníje douce et chére a qu¡ I on se confie 
En laissant échapper un silencieux sanglot. 

J'aurais voulu ce soir. au milieu de la Tete 
Dans mes bras caressants prendre Ion coeur bicssé : 
£t d'un rythrne subtil, avec une joie secrete 
Le bercer doucement coinme un enfant choyé. 



SENTIR . 



69 



Üormoís ta douleur, (a joie, ton éspcTonce 
K;Seront plus pour moi qu'un souvctur tres doux. 
■de au moins dans ton coeurpour (es juurs de souíTrance 
Ütendric douceur de nous ctre cunnus, 



UNE LETTRE 



a Ñ. M. O. 

Jbí Tc<;a l'autrc jour une Iclire charmank 
Qui me ftl porvenir une main inconnue ; 
En relisani tout bas la parole louchanle 
Je suis restée réveuse el Eendrement émue. 

Je n'avflis jamáis vu ceHe fcrme ccriíure. 
Ccs lignes. ees conburs d'un ensemble si droil; 
Mais i'aimc dans l'éciií de ceite main si sQre 
L'cspoir fouchant et doux qu'elle tne vínl de toi. 



SENTIR . 



71 



l^a'ai pe9 désirc de connaííre ta vie , 

1^ n'ai pas voulu Icver mon masque noir : 

Jfcst vraí, j ai peur de toi, de mon cccur, de la vic; 

I préfere garder Tillusion d'un soir, 



Es('Ce loi, qui m'écris? ¿üsl-ce íoi qui me cherches, 

m as lu reconnue, dans l'esprit de mes vers? 
|Du bien, cher inconnu, dans *es vaínrs rcchtfrches 
Fa celesie beaulé penses- tu retrouver? 

Ne sais-tu pas alors, cliercheur d'unc cJiimére. 
¿Que c est ton cceur Sout seul qui Til loule benulé? 
Bt que c'esl danyereux. ámc douce el fiere 
D'cchanger un beau réve en la rcalité? 

Ahí Fdis done comme moi, garde en Ion coeur secrete 

La douceur Infinie de ton illusion ; 

Vetile jalousemcnt sur sa beaule parfaile 

Et garde - la tojuours de queique trahison ! , . . 

A*ril, igi6. y' 



A L'AMI INCONNU 



Putsque lüi, mon omi. me ccmprends: que (u aimes 
Cetlc voguf douccur dont mes vcrs sonl empreinlal 
Je vais le dire encor mes angüisses extremes 
A toi, qui vins á moi de ton mystere ceint. 

Tes iettres ont ce charme infini de lumicre 
Oui nous fdil prcssenfir \ou\ un rcve d'Amour: 
Ahí si ce n esl encor qu'une voine chimére. 
Laisse-moi caresscr ce Rcve pour toujours I . . . 



SENTIR . 



73 



Wki pour celo, vois-tu, que j aí peur de la vie; 
■i je prélere fout le songe á raclion; 
k c'esi dans mon cccur seul oú je me rérugic 
Pe je retrouve einsi ma douce iliusíon. 

|^U5 nc 3omme3, c'cst vrai, venus sur ccftc ícire 
i^r rever doucemenl. loin de la réalilé; 
Viis je t'appelle encor * Chercheur d'une chimére*, 
Rirce que loi. tu cherches vainement ta Beauté. 

Mon, ma vie n'cst pas uniquement de Revé; 
Je sais aimer, scuífrír. et sais pleurer aiissl; 
J'ai mon coeur qui s'angoisse et palpite sans tréve 
fe( se (orture en vain d'un désir dMnr>ni... 

Non. mon ame n'est pas á l'existencc incptc; 
Je désire et je cherche un peu de vérilé. 
Et j'ai ma part aussi, que vaillamment j'accepte 
De travaíl, de douleur. de haute charité. 



74 



SEiNTIR . 



Mais tu sois bien pourtani, quet'Cspoir etrAílent 
SonI toujours décevanis pour les coeurs passionnés 
7b;, né Írop lord d'un Jour. par ton ame souíTrantc 
Dans un monde (rop vicux par ses réalilés. 

Nous avons mis trop hau( l' Ideal de nos ames. 
El nous souíTrons de voir cct Idéal si loin; 
Nous. qui scnlons l'Amour c1 l'Art comme dcux flammes 
5rúlanfes dens nos coeurs par des mystiques soinsi 

C'est pourquoi, mor ami, nous cherchons en nous méiH 
L'impossible Bonhcur doni révcnl nos Espoirs; 
Toi, mon triste Exilé de tout ce que tu aimes, 
Et moi, mélancoiique en la douceur des soirsl 



Avril. (916. 



FIN DE R£VE 



A toi... 

Jk ne veux plus savoir ion nom ni ton visage. 
Inic pour toujours est notre courte page 
Bó nous Qvons loissé ce peu de notre cceur 
wm révant douccment d'un intime bonheur. 
feüiie pour toujours est noirc chére histoíre 
Mystérieuse et bellc el, pourtant, derisoire 
Bflns sa grfice profonde el sa jeune darte. 
KUiie pour toujours, sans éire commencée t . . . 

f'écris irislement pour la derniére fois 
En fe disanl adieu de ma plus tendré voix! 



76 



SbNTIR . 



Je l'ai cíonné. vois-tu, le meilleur de moiNméme, 
Je ('ai donné mon Réve. y metiant le supréme 
Charme profond e( doux de ma mélancolie: 
£1 |e pleure á jamáis I'lmage évanouiel... 
Je l'ai prétc un coeur arden!, sincere et grave, 
Oü la doulcur se fond dans le bunté suave 
Faite d'amour, de paix. de dcsenchantement 
El d'inmense pilié pour ceux qui souíTrent (ont 1 , , 
Je t'ai prélé l'csprit le plus sQr, le plus tendré.. 



Et nous aurions revé, le regard sur lo cendre 
Qui couvre lentcment les charbons embrasés; 
Moi. serrce contre toi; tendrcmcnt enlaces. 
Nous aurions fait lous deux le saint pélérinage 
Aux sanctuaires de l'Art. et ce divin voyage 
En nous aurail laissé sa belle visión; 
Et l'Amour dans nos cceurs si pleins d'illusionl 
Et nous aurions pleuré de douceur et d 'extase 
En voyant la Bcaulé supréme dans la Gráce; 
PrétanI aux choses d'Ari la propre émotion 



SENTIR 



77 



Hflanl dons nos cceurs et Réve ei PasaionI 
Hbís vécu por loi des hrures de lumiére 
■11 fant de trésors; ci dívinrmeni ficre, 
■His connu par loi rinTinie Beauté 
KIon amour plus chere á mon cocur cnchanlc. 

de retour ici. dans un doux lc(e-á-íétc. 
IDS aurions fait chez noua des souvenirs la féte. 
■bs rappelani Venise. et les doux paysages 
|c nous aurions les plus aimés dans nos voyages, 
Mor nous étre encor plus aimés dans la beaulé 

ÍM choses el des cicux dans nos yeux regardés. 

i- í'aurais de par (oi chanté ma poésie. 

üeine de passio peuf-cire de génie, 

lar r Amour fait encor des miracles bien grands: 

h * Les Nuiis » de Musset, c 'cst tou( I 'amour de Sand I 



Kélasl... Je dis adicu por loujours a mon Revé, 
Qui mít l'Efernité dans un inslant si breve; 
•lie le dis en pleurani cet adieu de mon ame 



78 



SENTIR . 



A l'Amour, á l'Espoir, á la puissante flamme 
Oui me rn deviner la Tendrcsse infinie . . . 
£t je sens expirer d*une leníe agonie 
Mon ame pour toujours, a la Doulcur pliant: 

Avec mes bras profonds ouveris sur le NéanI 



Avril, 191 ó. 



DOLOR 



AL CORAZÓN 



Viejlle argile faite Bux doul«urs, 
Quel goúi de aouiírir san<t remede... 

A. Samainí. 

Oht Corazón sedienlo de !risleza 
Que sólo en la tristeza se complace! 
Eslabón dolornso en donde empieza 
La cadena viviente que al que nace 

Une el que fué y los que vendrán. Cimiento 
Húmedo y rojo en que se eleva oculto 
£1 templo del humano sufrimiento. 
Donde se oficia un misterioso culto: 



82 



SENTIR . 



Letanifls de qurjas; misereres 
De amores muertos y esperanzas rolas: 
Rezos de quebrantados e íntimos quereres; 
Misas negras de agonías ignotas, 

Agua bendita del dolor, el llanto 
Qiie destilan los ojos de los fieles: 

Y litúrgico canto. 

Los sollozos, amargados de hieles. 

Iniciación de mártires: bautismo 

De lágrimas; confirmación de penas: 

Comunión de abandono; fanatismo 

Del mal; del odio y la pasión, novenas. 

Sobre el opaco fondo de crebpones, 
Jesús, emblema del dolor, preside 
Las silenciosas crucifixiones. 

Y la Pasión de cada ser divide. 



SENTIR . 



83 



^corona de espinas clava y hunde 
K puntas aceradas en el alma 
B todos los que sufren; y confunde 
B un hondo gemir la augusta calma. 



I herida abierta sobre el flanco sanjjra 
l^iei'ta ella también sobre otros flancos; 
Ka la vez que su cuerpo se desangra, 
Bu rostros con el suyo quedan blancos 



la Humanidad, como El, scporla 
fe peso de una cruz; bajo ella gime. 
V en el horror de su Pasión absorta, 
(on £l sus culpas y su mal redime. 



Ohl Corazón 1 Extraño y misterioso 
Ektigma de una culpa incognoscible! 
Cúspide y sima, en sueño doloroso 
Pe un abrazo imposible 1 . . . 



84 



SENTIR . 



Sujeto entre los hierros de lo Vida. 
En torturas de nuevo Prometeo. 
Alimenta con sanare de su herida 
Al insacioble buitre del Deseo! 

Oh, corazón I Tormento inagotable 
Para la humanidad aún irredenta. 
Que gime en su cnivario interminable, 
Clavada el ansin atroz que la atormenta I 

Como Jesús en la sagrada cena 
Dió su cuerpo a comer en pan divino. 
Y en cade copa de ómbroslu llena 
Su sangre puso transformada en vino, 

El da su carne y da su sangre santa, 
Maceradas de Amor y Sufrimii-nlo; 
Cáliz amargo que v] dolor levanto 
En las misos de luz dt-l scntimienlo! . . . 



1915. 



Magnifico ero el drama sobre lo escena viva; 
Tus ojos eran focos de cálida poesía. 

Y (u voz modulaba sus frases con acentos 
Cargados de pasión. Palpitaba en tus gestos 

El alma ardiente y noble de un héroe de leyenda. 

Y una luz sobrehumana agrandnbe la escena . . . 
Magnífico era el drama, deslumbrante de vida. 

Y mi alma suspendida a tus labios, se moría . . . 



86 



SENTIR 



Lo claridad incierta y lívida del alba 
Cayó sobre la escueta pobreza de las tablas 
E iluminó tu rostro con su crueldad brutal . . . 
... Y me invadió un deseo profundo de llorar . . . 

Febrero, 1916. 



DESESPERANZA 



¿Para qué, poro qué. corazón mío. 
Todo este tu latir desordenado, 
Si sólo híl de encontrar tristeza y frío 
Tu sentimiento dulce y abne^jado? . . . 

¿Para qué esa amargura de tu queja. 
Y ese sangrar constante de lu herida?... 
¿Para qué esa tu angustio, que no deja 
De atormentar mi vida? 



88 



SENTIR . 



5i no has de hallar un eco que responda 
A (u afanoso desvario. 
Esta congoja torturante y honda 
¿Para qué, paro qué. corazón mío?... 



1916. 



HERMANO MÍO. 



Hermano mío en el Dolor; mi hermano 
En soledad y en sufrimiento: 
Ayl es en vano 

Que aligerar pretendas tu tormento: 
La sendo obierla ante iu poso, 
Monótona, le llevo hosia (u ocoso. 

Las mismas piedras por doquiera; 
iil mismo polvo gris que empaño todo; 
Y en lugor de las flores que uno espera, 
"^ozos y lodo. 



90 



SENTIR 



Loa mismos cerros que le quitan 
El horizonte aereo Pero tan bajns, 
Que las cumbres en tilos no palpitan 
Ni en alturas, ni en tejos. 

Entre ellos, una abertura luminosa. Avanzas... 

La perspectiva espléndida se ofrece. 

Brillan tus esperanzas . . . 

La senda hace un recodo brusco. Crece 

La distancio que de ella te separa; 

Y tu senda es más tnste, porque hay otra más clara. 

Hermano mío. hermano mío. dame 
Tu mane. Soy fu amiga. 
Deja que asi te llame 

Y mi camino nuevamente siga. 

Hermano mío en eí dolor; mi hermano 
De soledad y sufrimiento; 
Ay! es en vano 



SENTIR . 



Que Aligerar pretendas lu lómenlo: 
La sendo abicrla ante tu paso 
Monótona le lleva hasta iu ocaso . 



1914. 



VISIÓN 



Anoche deslumhraron mi sueño las visiones 
De lodos los poetas y todas sus canciones. 

Desíilaron las almas envueltas en los mantos 
Magníficos u oscuros de sus divinos cantos. 

En ellos centelleaban les rimas de diamantes 
En el oro engarzadas de los ritmos joyantes. 



SENTIR . 



93 



Y en los pliegues suntuosos de su manto imperial. 
Lo imagen recamaba sus flores de cristo). 

Velodos por la tenue Ironsporencia de tules, 
Se esfumaban algunos en espiras azules. 

Los pliegues indiscretos de los sedas flexibles 
Oesnudabon las otros en audacias visibles. 

Más modesto o más pobre, envuelto en muselina. 
El almo de un poeta hablaba o su vecina. 

Entre les telas varias se adivinaba un torso 
Luciendo su blancura en un divino escorzo. 

Más lejos, disfrazados con terciopelos rops, 
De algún olma brillaban los encendidos ojos. 

Coronado de pompónos y de silvestres flores, 
Reío otro lo dicho de todos los colores. 



94 



SENTIR , 



Algunas, empolvadas las rubias cabelleras, 
Se pintaban lunares que parecían de veras. 

Coronada del casco y envuelta en su coraza, 
El alma de un poeta guerrero, altiva, pasa. 

£1 ruido de las armas que chocan con su escudo, 
Remeda los clarines de algún combate rudo. 

Y vibran de repente los locos cascabeles 
Que suena la locura en canciones crueles. 

Y asoma le snlirica sonrisa de Volfoire 
£ntre la seda, el oro, las ]>elucas de ayer. 

Pálidas, extenuadas, con ojos rebricienles. 
Desfilan numerosas las almas decadentes. 

Y sangra, las heridas abiertas al costado, 
El alma dolorida de un amante olvidado. 



SENTIR . 



Aientras cavila aislada, sumergida en lo Duda, 
!1 alma de Leopardi, atormentada y muda. 



)¡ sigue desfilando en lenta confusión 
De lodos los poetas la extraña procesión. 

y todos, desde el tétrico rey de la ranfasío 
Que nos legó su alma en una obra sombría, 

Hasta el frivolo orfebre de versallesca intriga 
Que de amores galantes conoció la fatiga; 

Todos llevan abierta, palpitante y profunda 
Una herida que sangra la Inápiración fecunda. 



Sdiembrc, 1913. 



DORMIR. 



/? la señorita Ooris SImeto. 



Dormir . . . dormir . . . iadefinidamcnle ; 
No pensar ... no saber . . . 
Cerrar los ojos a los rayos crueles . . . 
No senlir ... y no ver . . . 

¿Por qué nos hace daño la existencia?.,. 
Las palabras nos hieren . . . 
Los silencios son casi una traición . . . 
Ahí dormir en la sombra, cuando muere 



SENTIR . 



97 



Huesira única ilusión I . . . Dormir . . . dormir . . . 

6cr una cosa inerte 

!Cn las trágicas manos de la Vida, 

Una cosa pasiva, extraña, indiferente 1 . . . 

Embriagarse de olvido, de silencio 
Y de sueño, en los brazos oscuros de lo Muerte ! . . . 
...(Madre Naturaleza!... ¿En tu infinito abrazo 
Gozará, al íin, de calma la dolorida mente?... 



1915. 



CONSOLACION 



a ñ. M. M, 



Cuando seMe el chispazo de tu ingenio, 
Variado como un fuego de Bengala, 
Y lucen las facetas de tu genio, 
De su reir haciendo gala; 

Cuando estalla tu alegre carcajada: 
Cuando brota chispeante 
La broma, y brilla tu mirada 
En un intenso refulgir constante, 



SENTIR , 



99 



Vo sé que sufres: el Dolor no engaña. 
Entre aquellos que sienten hondamente, 
Hablan su lengua extraña 
Las almas, por encima de la mente. 

Yo sé que sufres: tu profunda pena 
En vano se disfraza de alegría: 
i En tu canto resuena 
El amargo estertor de tu agonía I 

¿Por qué lo ocultas?... Yo sé leer en tu alma, 
Porque leo en la mía: 
jDcja que extienda un poco de su calma 
Sobre tu corazón mi poesía i . . . 

Déjate consolar... Y si cerraste 
Como un cofre precioso tu tristeza. 
iDeja que en ella engaste 
Su consuelo divino la Belleza 1 



100 



SENTIR . 



Como uno dulce hermana compasiva 
De manos de marfil y voz de plata. 
De lu frente votiva 
Arrancaré la espina que fe mata! 

La soledad envenenó tu herida: 
Mi mano puede restañar su sangre, 
Y volverte la vida 

Antes que por tus venas i>e desangre. 

Mi voz de plata te dirá al oído 

La palabra que calma y que consuela; 

¡Deja que vibre su sonido 

Como una lumbre que en tu vida riela! 

Como una dulce hermana compasiva 
De manos de marfil y voz de plata, 
De tu sien pensativa 
Arrancaré la espina que te mata!... 



1014. 



fí Elena. 



Tú sabrás el vacío inútil del orgullo 

Cuando el Amor te arranque sus lágrimas de fuego: 

Y sabrás lo que vale lo dignidad altiva 

Cuando el Dolor ie doble como una espiga al viento! 

Y sabrás la amargura de sentirle vencida. 

Y el acíbar profundo de tu propio desprecio; 
Cuando humilles tu frente y mendigues humilde 
La mentida promesa de un fementido afecto. 



102 



SENTIR 



Y verás cómo arranco de cuajo lus ideas 
El poiente aletazo del hondo suFrimiento; 
Cómo arrasa y destruye el jardín de las almas 
La fórmenla que ruge en el herido pecho 1 

Cuando sepas de amores traicionados, y sepas 

La tortura indecible de callar el lamento 

Cuando salta, en la fiebre, el alma hecha pedazo 

Y es preciso, sonriente, ocultar el tormento I 

Y sabrás la crueldad reíinada que encierran 

Las palabras que te hablan de dignidad y aprecio; 
Cuando la llaga viva del corazón sangrante 
Mendiga la balsámica dulzura de un consuelo I 

Y entonces serás buena para e( que fué vencido. 

Y serás compasiva con el dolor ajeno; 

Y tu mano piadosa, como una fresca venda 
Restañará la sangre sobre ta llaga en fuego! 



SENTIR . 



103 



Tus (¿grimas primeras, ardienles y escondidas 
\/ertidas en lo oscuro de (u íntimo secrclo. 
Te enseñarán la amarga humillación que sangra, 
primera derrota del orgullo sereno I . . . 

Y sonreirás, entonces, irónico e indulgente 
Cuando hablen de altiveces y juzguen con desprecio: 
Porque e! castillo hueco de naipes del orgullo, 
A la primera ráfaga violenta, viene ai suelo!,.. 



En«ro. 1916. 



ENSUEÑO... 



FORMAS 



EJ alma se atormenlo de ensueños y deseos 

Y busca en lo Imposible de realizar su anhelo ; 
Las formas ya no bastan a contentar sus ansios 
Donde encerró hasta entonces sus vagas esperanzas. 

Y busca t.n la tortura de un arfe complicado 
La maravilla nueva de un artístico vaso 

De lineas nunca vistos y de color exótico; 

Y de un crista! moderno, opaco e insonoro. 



108 



Pero en la forina nueva, reíinada y extraña 
Pierde sabor y aroma el elixir del alma. 



1916. 



EN EL TIGRE 



ptoño pone un tinle más cálido en las hojas, 

fjl hace las perspectivas mas hondas y más graves. 

El alma del paisaje en espirales rojos 

Se sutiliza y arde en los Ponientes suaves. 



En el deslumbramiento del claro mcdiodia 
El sol tiene opulencias de pasión que termina. 
Y es suntuosa y profunda la divina ajjonio 
De la NdturalezQ que ni desmayar se afina. 



110 



SENTIR . 



Enfre el agua riente y el nostálgico cielo 
Sueña, armoniosamenie lu apolínea silueta 
Sobre el verdor frondoso de tas hojas . y el velo^ 
Transparente, irisado y tenue de luz quieta. 

Tu figura y tu gesto condensan la belleza 

De la hora y del paisaje en que me abismo absorta» 

Y hay en nuestras miradas que se atraen, fijeza 

De anhelos y esperanzas, que la partida corta, 



Buenos Aires. 19)6, 



VERHAEREN 



61 bosque, atormentado de íronco« y de ramas 
Dpone al sol su espesa cortina de verdura ; 
En la húmeda penumbra fulguran las escamas 
De algún reptil dormido sobre la tierra oscura. 

Ilimitado y grave, las voces con que llamas 
Prolonga indefinidas, la misteriosa hondura: 
Y bullen en la sombra los infinitos dramas 
De vidas primordiales que agitan la espesura. 



112 



SENTIR . 



— Así lu alma, Verhaeren, magnifica y enorme 
En donde se agigantan las voces de la tierra 
Con el misterio extraño de tu belleza informe: 

Asi tu alma en donde el más oHá se eferra: 

Y vibra en tus ideas con vida multiforme 

Y todas tus visiones y tus sueños encierra I . . , 



P«br«ro, 1916. 



LA JORNADA DEL PEREGRINO 



I 

Hoslil la noche, con los mil agujas 

De sus gotas de lluvia penetrante, 

Se arroió sobre el campo, y o las brujas 

Convocó para el Sebhaf ululante. 

Los espectros fantásticos y extraños, 

AI borde del camino 

— inmóviles y estoicos ermitaños 

Qüe torcer pretendieran el Deslino 

Con la faquirea rigidez del gesto. — 

Elevaban sus brazos retorcidos 

En un espasmo de dolor funesto. 

Sobre los viejos troncos ateridos. 



114 



SEKTtR . 



El peregrino suspiró. La frenle, 

Por el dolor vencido, 

Se inclinó sobre el pecho; y una doliente 

Quejo, de \a abelida 

Boca se exhaló. Juntó las manos 

£n gesto de plegaria ; 

Pero el inisterio y el honor arcanos 

La ruta solitaria 

Con agresiva oscuridad cubrieron. 

Y sobre el Peregrino se abatieron. 

Sólo, en la inmensa soledad, la angustia, 

Con su lívida mano descarnada. 

Sintió sobre la mustia 

Frente posarse con caricia helada. 

Ohl el atroz abandono, la amargura 
Del alma en las tinieblas del caminol 
Ohl lo voz de la noche, la pavura. 
Acechando con gesto de asesino I... 
Oht la desesperanza, la agonía 
Del corazón en la siniestra rutal... 



SENTI K . 



0 Peregrino, en su angustioso vía, 
^ntió quebrarse el alma irresoluta. 
\k qué seguir In dolorosa lucha 
L^ontro la adversa voluntad del Hado? 
Nadie espera al viajero; nadie escucha 
El rumor de su paso en el callado 
Misterio de la sombra. 
Nadie guarda para él la lumbre viva 
En la dulzura del hogar: nadie lo nombra 
Con voz que tiembla de emoción cauUvA. 
¿A qué seguir?... La senda es un calvario 
Cuando no brilla una esperanza en ella. 
¿A qué seguir? ... El triste solitario 
Dobló la frente a su maligna estrella. 
Y se acostó a morir . . , ¿ Eterno sueño 
O pasajera abolición del alma?... 
¿Qué importa, al que el beleño 
Bebe, en procure de anhelada calma ? . . . 

Sueño de eternidad, sueño de un dia, 
Dormir es suspender el ajetreo 



116 



SENTIR . 



Del corazón, y desvestirse la energía 
Cual pesada armadura de (orneo. 
Dormir es olvidar el espejismo 
De la ilusión que atrae y desengaña : 
Es deponer el fardo de heroísmo 
Que nos obliga a cotidiana hazaña. 
Es senlir que el silencio nos envuelve 
En su lúnica inmóvil de tíníebla ; 
Y que en ella el Deseo se disuelve 
Como una vaga laxitud de niebla. 
Es sentirse caer en el abismo 
Sin fondo de la NJada, 
Que nos abre sus brazos de quietismo 
Como uno Madre bienaventurada I . . . 

II 

¿Cuánto tiempo la mano bienhechora, 
La compasiva mano del olvido 
Pesó sobre la frente abrasadora 
Del viajero dormido ? . . . 



SENTIR . 



117 



La Vida, lentamente, como el flujo 

De lo marea que la playa invade 

Después de extraña y pasajera ausencia 

Volvió al viajero. A su vital influjo 

La dormida conciencia 

Tendió el vuelo. ¡ El Dolor, en acecho. 

La vió despierta y la enlbzó a su pecho 1 

Oh I el doloroso despertar I La amarga 

Sensación de la Vida I 

£I peso, nuevamente, de la carga 

Que es necesario levantar! La herida 

Que ha de sangrar de nuevo: 

y el camino, el comino interminable 

ta donde no hay relevo ; 

fl camino sin luz, abominaiife, 

Mon (odas sus angustias, con su espanto. 

( el amargo rocío de inconsolable llanto 1 . . . 



J18 



SENTIR , 



Allá, enire fa espesura misteriosa 

De la noche y la selva, 

Una sulil saela luminosa 

Que se quiebra en la verde madreselva, 

Y brilla, y tiembla, y al temblar se apaga 
Como humana pupila ardiente y vaga 

En desigual y extraño parpadeo, 
En la frente del triste Peregrino 
Detuvo su aleteo. 

Y el beso dejó en ella de un resplandor divino I 

Una luz, en la noche, es la pupila 

De un amigo sonriente que nos llama : 

£s alguien que vigila 

Nuestro paso ; es un alma que derrama 

Luz y calor : y protección y abrigo : 

i Alguien que nos defiende del nocturno enemigo I 

El Peregrino dirigió su paso, 

Su tardo paso que el cansancio agobia 

Hacia la lumbre en donde vela acaso 



SENTIR , 



.119 



Una olvidado novio I . . . 

Choza perdida al borde del camino, 

Modesta, oculta, inadvertido, sola, 

Cual si olvidar quisiero su destino 

Haciéndose olvidar. Pero la aurrola 

De luz que vierte su ventana abierta 

Afroe a! caminonle 

Con la fuerza pujante 

De una bendita y milegroso puerta I 



¡Cuántas veces, al borde del camino, 

En lo época feliz en que lo vida 

Derramaba o raudales sus tesoros. 

Y promisor reía 

A su dorada juventud el Sino, 

Contempló, entre los flores escondida, 

Una dulce cosita, que los oros 

En que el Poniente ardió, 

Al quebrorse en mil haces desiguales. 



120 



SENTIR . 



La vestía con el brillo de incendiados crísialesi 

■ Cuántas veces, alerta y desdeñoso, 

Pasó junto a la casa hospitalaria 

Cuyo jardín frondoso 

Brindaba su frescura solitaria 

Contra el rigor ardiente del estío, 

Mientras alegre alzaba su murmurar el río7... 

i Cuántas miró, posadas de una hora 

Abiertas al viajero: 

En donde no se siente, en dnnde no se llora. 
Porque son sólo abrigo de un aJfo, pasajero 1 
I Cuántas índirerentes y cerradas 
Miró al abrigo de sus altas rejas; 

Y al pie de sus ventanas trabajadas. 
Dejó oir el murmullo de sus quejes 1... 
I Cuántos pasó!... Aquélla era serena. 

Y ésta, agresiva, atormentada y triste; 
|Pero su alma, de secretos llena, 
Viajero, no la viste ! . . . 

Hasta aquélla, promesa de Infinitu, 
A donde un dia se imantó tu planta.; 



SENTIR . 



121 



Cuyo nombre hAbia escrito 

El Deslino con mano socrosantal . . . 

Aquella que le abiió sus puettas de oro 

Y fe entregó el srcrelo de au filma, 

Y recogió tu lluro. 

Y te dió la frescura de su calma I . . . 
Aquella cuyos salas relucientes 
Guardaban los joyeles de su Arle. 
Maravillas ocultas y sonrientes 

Que cesaron de amarle! 

Ahí pobre Peregrino abardnnado. 

iCómo recuerdas sus divinas horas!... 

l'll palacio encantado 

Sebe bien por qué llores) . . . 

Un día se cerraran implacables 

Sus puertas de diamante; 

Un día. inexorables, 

Te arrojaron de nuevo a tu destino errante I . . . 
... ¿Por qué?... ¿Por qué? tu corazón herido 
Interrogaba en vano . 



122 



SENTIR 



¡ El rayo ciego que incendió su nido 
No tiene explicación para el paisano! 

III 

Junto al cuadro luminoso 

Que recorta la ventana 

Sobre el velo misterioso 

De la noche, se desgrana 

La cadena de recuerdos adormidos, 

Y desfilan, lentamente. 
Doloridos. 

Del viajero silencioso por la mente. 
Una dulce claridad los ilumina. 
Se suaviza su contorno 

Y se desmaya y declina 
La crueldad del retorno 

Una mano misteriosa los esfuma, 

Y en el fondo del pasado 
Se deshacen, en la espuma 
De lo Increado I . . . 



SENTIR . 



123 



Uno aurora milagroso 

En esa alma atormentada se levanta. 

Blanca y suave mariposa 

Cuyas alas de milagro y de caricia 

Curan llagas. Una Aurora que amanece 

Sobre el triunfo de la dicha que se inicia I . . . 

iCómo palpita la dormida savia 

En el tronco del árbol que despierta! 

La Primavera sabia 

Toca su diana fúlgida y alerta I 

Así. en las ruinas de un amor destruido. 

Palpita el ansia de un amor que nace; 

Tiene también el corazón herido 

Su primavera que a la fe renace! 

I Maravilloso florecer de Auroras 

En perfumadas y sonrientes horas!... 

Junto a la lumbre que en la noche vela 
Como claro fanal sobre la costa. 
Un alma en el silencio se desvelo 



124 



SENTIR . 



Y en la espera se agosta I 
Alma de claridades escondidas. 
Manantial de ftescuras ignoradas: 
¡No saben las estrellas prometidas. 
En carreras de luces arrojadas. 
Ün que moinen(o de su loca futja 
El Amor victorioso las subyu{ja! 

Luminosa caída de centellas 
Su conjunción revela en los espacios: 
£5 el beso de amor de dos estrellas 
Cascada de rubíes y topacios I . . . 
¡Conjunción de dos astros en el cielo, 
Comunión de dos almas en el suelo I 



IV 



¿Qué has sentido en la noche, prisionera 
Que toda tu alma palpitante escucha? 



SENTIR . 



Algo afra viesa el ciclo de lu espera 

Y por entrar en fu silencio, lucha. 
Algo mueve íu lámpara Vacila 

Y tiembla la angustiada lumbre : 
I Brilla en lo sombra su pupila 

Y fu luz palidece a su vislumbre t . 
¿Qué Fuerza irresistible y misteriosa 
Te empuja tiacia la noche?... 

Tu mano se estremece presurosa 

Al romper del Misterio el clausurado broche I . , . 



Un alba milagrosa, como un divino 

Sueño que Fuera realidad, se alza en Oriente : 

iLa Aurora es un palacio alabastrino 

Que abre sus puertas al Amor sonriente ! . , . 



19)4. 



EN LA PLAYA DE POCHOS 



¿Por qué. dejar? . . , 
Sobre el fondo rojizo de la tarde 
Se recorta, en oscuro, tü silueta; 
¡Hay un encanto mágico y profundo 
En nuestro idilio de miradas negras I... 

¿Por qué, avanzar? 

Tus ojos, en la hora que desmaya. 

Me hablan de amor, de triunfos y de quejas; 

Y soben responderles mis pupilas 

Con el mismo derroctie de elocuencia I 



SENTIR . 



i27 



Las palabras, ¿a qué?... Son más sinceros 
Nuestros ojos, que mienten y que sueñan. 
Que las promesas de lu boca en fuego. 

Y el juramento que tus manos sellan I... 

Tiene el amor que entre nosotros vaga, 
£1 Dolor lie las cosas incompletas. 

Y la melancolía acariciante 

De lo Imposible que alcanzar se anhela. 

Avanzar, ¿para qué?... 
Sobre el fondo rojizo Je la farde 
Se recorta, en oscuro, tu silueta; 
Hay un encanto mágico y profundo 
En nuestro idilio de miradas negras!... 



1916. 



EL MILAGRO 

( Fragmenh ). 



Y entonces fué el Milagro... 



Los cuerpos de los belgas que caian 
Transfigurados por la sacra Hora 
Al recibir lo Muerte parecían 
Entre sus brazos recibir la Aurora i . . . 

Y se pintaba un éxtasis supremo 
En el fondo de sus vastas pupilas 
Abiertas más alió, sobre el extremo 
Misterio, fervorosas y tranquilas. 



SENTIR . 



129 



Como si una Visión maravillosa, 
Alma de luz en cuerpo de Quimera, 
Vesiida de Futuro, prodigiosa. 
De) fondo del abismo íes sonriera t . . . 

Y por mirar la imagen sobrehumana. 
La imagen de la Patria de mañana 
Transfigurada en Gloria, 

Los soldados de Bélgica precipitáronse en la Historia. 



1916. 



LEYENDO "LES NUITS" DE MUSSET 



Ohl Muso de los grandes ojos pardos 

Por los que el alma se derrama a chorrosl... 

Que al carmín no pediste que avivara 

La nacarina palidez del rosiro! 

Musa Kumana y viviente, 

Vestida de organdí, sin joyas, ni oros. 

Sin más adorno que las flores vivas 

En los negros cabellos abundoso? ! . . . 

Ohl Musa de las manos compasivas. 

Que sabes al lormenlo dar reposo, 



SENTIR . 



131 



Como el ave, que entrega a su nidada 
El propio corazón, sangrante y rojo!... 
Musa que sabes llorar y sonreír. 
Porque no temes que el candente lloro 
Deje el surco trazado en tus mejillas. 
Ni disminuya el brillo de tus ojosi . . . 
Musa divina del amor! Que cantas 
Cuando estalla en tus labios el sollozo, 

Y entregas, transformado en armonías, 
De tu dolor magnifico el tesoro I . . . 
Musa de De Mussetl Musa sublime. 
Que no pudiendo desterrar del f(7ndo 
De nuestro corazón el surrimiento, 

Lo alzaste en él cumo un divino icono I. .. 
Tú, que amaste al Dolor cumo al Maestro 
Que nos abre las puertas de lo Ignoto, 

Y nos brinda la clave del Misterio 
Más allá de la angustia y de! insomnio I 
Ohl Musa, hermana de Sully Prudhomme, 
Que acompañó a Valmore en su abandono I 
Protectora y amiga de las almas 



132 



SENTIR . 



Que Iloian lo tr¡s(eza ¿e su otoño!... 
Protege y guía mi naciente Musa, 
Enséñale, en la pena y en el gozo. 
A elevarse más alio que eila misma 
Y a postrarse de hinojos I . . . 



1014. 



MÁS TARDE. 



Más tarde, cuando vuelvan los cantos olvidados 
A murmurar sus ñolas y o despertar los ecos ; 
Cuando la luz desborde en rayos coloreados 

Y ponga ramos verdes sobre los troncos secos; 

Más (arde, cuando un ansia de vida nos inunde 

Y íillre en nuestras venas su loco movímienlo; 
Cuando la primavera que entonces nos circunde 
La idea alerta y fría transforme en sentimiento ; 



134 



SENTIR . 



Cuando de la crisálida informe del silencio 
Surja la mariposa de luz de la poesía, 

Y estallen en canciones las almas que hoy aileS 
Mis almas de esperanza, de gloria y de alegríf 

Cuando la fe en sus alas de gracia y forlalezd 
Me eleve a las regiones de ensueños imposiblei 

Y queden bajo el manto de la habitual tristeza; 
Sepultos los problemas y las dudas terribles; 

Cuando la prisionera que dentro mí se agita 
Pueda tender sus alas de luz al Infinito 

Y al corazón inmenso que allí también palpita 
Se mezcle, en *•! Misterio a donde fué proscrito* 

Cuando todas las olmas dispersas e incompletas 
Se estrechen en un alma magnifica y profunda : 
Cuando las notas todas que vibran inquietas 
Formen un solo acorde que en armonía se fun<| 



SENTIR . 



135 



El olma que soñaron mis ojos en tus ojos. 
El olma que besaron tus ojos en los míos, 
Libres de los enigmas, engaños y sonrojos 
Que nos dcjnron solos y nos dejaron fríos ; 

Fundidas en el olma grandioso de la Vida 
Se eslrechorán unidas en su inñnito abrazo : 
En rosas transformada la sangre de su herida 
Y con rosas tejido su inmarcesible lazo I 



Seíiembre, \<9\5. 



INSOMNIO 



He leído fanfos versos esta noche. 

Que vibra (odavía mí almo 

Con la música del ritmo trepidante, 

Y no cierra su broche 
Mi pupila brillante. 

No me puedo dormir . . Aun danzan en mi oído 
Las poesías de Ñervo, de Machado el gemido. 

Y el elegante y pulcro desvarío 
Del orfebre que es Rubén Darío; 

Y por más que pretenda aligerar ia mente. 
Marllllea mis sienes la rimo refulgente. 

El alma sollczónte de Villae.tpesa 



SENTIR . 



137 



Me sumergió en !a bruma de su fristeza . . . 

Flota un fantasma en mí alma . . . 

Obsesiónente 

Como el gemir constante 

Del viento que perdió para siempre su calma . . . 
Palabras en collares de perlas , , . 
Me parece verlos 

Brillur en medio de la oscuridad. Quiero 
Leerlas: pero 

Al mirarlas, se esfumen, y dejan en mi oído 

El incierto recuerdo de un sonido 

Que no puedd reproducir. Es un tormento 

De insomnio . . Presiento 

Una soberbia poesía; 

Pero no puedo escribirla todavía, 



En su espera. 

Cojo el lápiz, y en el papel diseco mi Quimera. 



Medianoche. 



EL RELICARIO DE ORO 



Mi aimfl es un relicario cincelado 
Donde guardo perfumes y pesares : 
Dentro de mi, celosa, lo he cerrado 
Con la llave de todos mis pensares. 

En él conservo mis recuerdos viejos : 
Una imagen borrosa, prisionera ; 
Flores secas de amores hoy añejos, 
Y una perla rosada : mi Quimera. 



SENTIR . 



Los aristas del oro trabajado 
Quiebran la luz y brillan orgullosos ; 

Y parece la joyo, el refinado 
Portento de unas manos primorosas. 

Yo sola sé que su mayor tesoro 

Ni en el metal cslá. ni está en su Arle: 

Y es lo que guarda el relicario de oro 
En su secreto fondo, oculto aparte. 



Agosto. 191J. 



A SOFÍA 



En el cristal azul de tu mireda 
Flota, inconsciente una angustiosa duda; 
En tu pálida frente reclinada 
Palpita inquiete, una pregunta muda. 

En tu sencillo corazón de niña 
Que no sebe de amargos sinsabores 
Hay algo sorprendido que escudriña 
De pronto ios más débiles rumores. 



SENTIR . 



141 



Hay en tu risa cristalina y puro 
Una nota que quiebra su sonido 
Como sí alguna ignota desventura 
Todo tu ser hubiera estremecido. 



¿Qué misteriosa voz dice a tu oído 
En su callada nota silenciosa 
La canción de tristeza y de gemido 
Que la Creación murmura dolorosa ? . . . 

¿Quién te enseñó que tras lo azul del cielo 
Extiende su negrura lo infinito ; 

Y esconde entre los pliegues de su velo 
El triste corazón más de un detito? . . . 

¿Qué te importa por qué la cristalina 
Superficie del lago es un espejo; 
Por qué le riza el aura matutina, 

Y el sol la tiñe de color bermejo?... 



142 



SENTIR . 



¿Qué (e importa por qué. sobre el pantano, 
Alza el lirio su cáliz de pureza, 

Y en su ignorancia del Dolor, ufano, 
Levanfa con orgullo la cabeza?. . . 

Aspira su íragancia seductora. 
Contempla su belleza soberana. 

Y no pienses qué causa pecadora 
Su blanca frente inclinará mañana. 

No busques el secreto de las cosas: 
No averigües su causa y su misterio : 
Son polvo las doradas mariposas 

Y el florido jardín, un cementerio. 

Ah I la felicidad tranquila y santa 
Está en tu pura y luminosa fe : 
Ama. suspira, compadece, cania . . . 
Pero no trates de saber por qué... 



DOS OPINIONES 
ACERCA DE ESTE LIBRO 

Señorita Luisa Luisi: 

Al devolverle a usted la otra tarde el manuscrito de 
sus versos, le dije que me gustaban; ahora, después que 
usted se ba ido, me he quedado pensando que, no cono- 
ciéndome intimamente, usted ignora lo que en mi con- 
ciencia significa decirle a un poeta: tsus versos me 
gustan», y por ello decídeme a coger la pluma pard 
expresarle más claramente la impresión que aquéllos 
me han causado. 

Sí, sus versos me han gustado, pero bastante: me han 
gustado por sencillos y por sentLdoii, Un tanto ahito de 
los oropeles y adjetivaciones de los vates que siguen 
calzando los coturnos del «decadentismo» sin darse 
cuenta que éste ha pasado de moda hace un buen rato, 
(como un conocido caballero había dado en el tema de 



146 OPÍNIONES ACERCA DE ESTE LreRO 



llevar polainas (¡n au vejez porque en hüh mocedades 
fué el «derniev cii»), sus versos, límpidos, serenos, sin 
colorinches ni cascabeles, sin «trianones» ni irosas 
rojas >, sin tropos oncalambrinRdos ni neologismos cre- 
pitantes, me han dado la impresión de un cristalioo 
Hurtidor de agua cantando su monon-itmica leyenda en 
Uv blanca taza de mármol. 

Esta es ya una virtml. Decir lo que se desea, con cla- 
ridad, HÍii amfibologíaa, sin rebuscamientos, sin hipér- 
baton, parecerá la cosa más fácil y natural del mundo; 
|ir.i-o hay que probar a decir las cosas así para conocer 
las dificultades. Cíoneralmente, se va a decir una cosa, 
y ho sale rematando otra distinta o muy poco parecida 
a aquélla. A los poetas, sobre todo, les acontece a me- 
nudo este transtomo: sf^a pOJ «la fuerza del conso- 
nante >, Aca por esa invisible cadena de la medida mé- 
trica, lo ricrto es que concluyen rematando sus p^nsa- 
mieutob, las más de las veces, como no lo habían ima- 
(jinado al prind))¡o. 

Luego, hay en onsi todos sus versos un gran fondo 
de sinceridad. Se adivina, intuitivamente, que lo que 
usted dice es sincero : que usted siento así, que no nos 
habla de penas quo no ha sentido, a la manera de los 
toiiíánticos de 1830, ni de gocos que ni siquiera ima- 
gina, como los «instrumentistas» de lti90. Y esta es la 
segunda virtud, y la uo menos digna de loa, que me 
complazco en reconocer a su poesía. 



OPINIONES ACERCA DE ESTE LIBRO 147 



Por ser RÍncerA en U expresión de sus üeatimieatoft 
y por emplear nn lenguaje natural e íngoiuio, es que 
tienen una gran belleza sus poesías rotulada» cHay 
días . . «Tun ojos», «Para tus manos», «Mírame «.ni* 
y «Al corazón». Con esa ausencia total dh estudiada 
retórica, con e^a natural sencillez de la parla cnotidin- 
na, tan vehemente a veces y tan svigestiva siempre, eA 
que esos dos admirables poetas Rafael Fragiieiro y Enri- 
que Rivera dijeron en verso las cosas mas sentidas, 
profundas y bellas. Ya ve porque celebro tal condiciún 
en usted y porque la animo a proseguir por esa senda 
que ha de depararle sus mojuros lauro:». 

He leído, también, con particular encanto, las poesías 
que usted ha escrito en el idioma de Hugo. «Au bal 
masqué», «Une lettre» y «A l'Ami Inconnn», revelan, 
no sólo aquella sinceridad qne he elogiado, sino la felí^ 
soltura con que usted maneja el alejandrino francés. 
«Fin de réve» es de una inspiración romántica verda* 
deramente encantadora. Por au dukura melancólica, por 
la grave y serena nostalgia que divaga entre los rítmi- 
cos alejandrinos, recuerda la inspiración que Ha^o de- 
rramó en Les nyons el ¡*s ombm. y. particularmente, en 
aquella admirable «Tristcesc d'Olympio». Aca^ «a de 
una tristeza más honda, porque si Olimpio, al tornar a 
los sitios que fueron testigo de bu dicha y de su amor, 
aún puede exclamar, en medio de su a)nargur.a: 
• Jeune hommc on le maudit, oii I adore vieillord>. — 



14« " OPINIONES ACERCA DE ESTE LIBRO 



ea cFía de rúTe», con una de8e8peran:2a m&s amarga 
que la quo acibaró la copa de Musset, ue lee: 

« E( je sens expirer d'une lente agonie 

Mon ¿me pour ioujour«. ü la Doulei/r plianl. » 

Son eeo-s versos, escritos en un ^dioma que no es el 
suyo, pero que usted domina como al propio, la mejor 
prueba de la selección de ttu espíritu ; y al lado de los 
de c Visión», «Más tarde», tPanteísmo» y cDormir...», 
pueden señalarse como los más inspirados y hermosos 
de cuantos usted me ha dado a leer. 

Todo esto que le digo no es mundajio ni condesAn- 
dirtnte elogio: dígoselo porque lo creo j lo siento así. 
Pe no haberme agradado su poesía, no hubiera tomado 
ahora la pluma para procurar borrar la fría impresión 
que la otra tarde deben haberle producido mis palabras. 
Ha cantado usted como ya no suelen cantar los poetad : 
escuchando los latidos de su corazón. Por eso nos hace 
usted sentir. Y como sus labios, a la vez, son frescos 
y bellos, la melodía ha surgido entre ellos como surge 
oi perfume de la corola de las flores. 

Dígnese usted aceptar las seguridades de mi más res- 
petuosa admiración, 

Montevideo, Junio 23 de 1916. 



VÍCTOB PÉBBZ PETIT. 



CON MOTIVO DE "SENTIR" 
POESIAS Dt LUISA LUISI 



Toda especie de arte, para que perdnw, debe estar ani- 
mada por el sentimiento, pues el fieDtimiento es eterno. 
La plasticidad suele encantamos pero no siempre nos 
conmueve ; suscita en nosotros placeres estéticos pero 
no arranca a nuestro corazón ni una sola de sus ínti- 
mair vibraciones. 

Y, la poesía es la más pura expresión del sentimiento. 
Tal definición no es aceptada, a bnen seguro, por sim- 
bolistas y parnasianos. Sin embargo, éstos no ignoran 
que BQ arte, ezclueivamente cerebral, sugiere siempre la 
idea de algo incompleto. 

Yo concibo dos* formas de arte: una coqueta, queha^ 
laga nuestra vista y nos maravilla, sin emocionamos; 
y otra más humana, y, por ende, más genuina, que sirve 
de regodeo a nuestro espíritu y toca más íntimamente 
nuestro corazón. £«ta últtiurt es mi forma predilecta, 
cuyo encarecimiento implícita habréis advertido indu- 
dablemente en las galanAS víjiihs que acabáis de leer. 

Luisa Luisi, en este libro, no bnUa. con luz ajena ni 
cifra su esperanza en la descripción de (sensaciones, fal- 
sas muchas veceA por no haber sido ezperimentadae. 
Su poesía brota naturalmente como agua de manantial, 



150 OPINIONES ACERCA DE ESTE LIBRO 



fresca y cristalina, y se desliga con igual naturalidad por 
el canee del sentimiento, En sus lucubrociones, el cei-ebro 
eü sólo el órgano ejecutor, y la forma un simple medio 
de expresión que materializa pus angustias y alegrías, 
5ENT/R es im libro de idealismo y emotividad y es 
también un libro de pasión que. provoca grandes estados 
de alma ¡ leyéndolo os identificáis con su autora porque 
ésta tiene la preciosa facultfu] de tr.inRfundir cuanto sience- 
En Paaionafes, subtítulo primero, lu belleza de los ojos 
apai-ece como fuente de alucinación. Mírame ssl, Tus ojoa, 
Siempre íua ojos. Ojos verdea. Tus ojos, fus ojos negros.., A 
unos ojos azules. Para ius ojos verdes, son composicloue^ 
saturadas de pasión, producto de horas vividas en pleno 
ensueño amoroHO. £n Para tus manosi 

( i Te quiero por lo negro de tus ojos 
Y por (u ardiente poiidez morena ! . . . ) 

y A^o eras fú : 

( El oscuro des1«llo Jc ius ojos 
De mi visión oircivesó la niebla.). 

el lenguaje de los ojos tAn'kl)ién deslumbra a hi creadora 
de estos vei-eos. 

Dolor es un conjunto homogéneo de tristeza y abati- 
miento, aunque la composición así comentada : 

Magnirtco era el drama sobrr la escena viva ¡ 

y en lo cual se describe un estado de alma de real in- 



OPINIONES ACERCA DB ESTE UBRO 151 



teoBÍdad. no tenga semejantes en este libro. Oíd estM 
estrofas definitivas ; 

Hermano mío, hermvno mía, dame 

Tu mono. 5oy iu amigo. 

Dejo que a»¡ (c llame 

Y mi comino nuevamente sit^o. 

Hermano niio en el dolor : mi hermano 
Dr soledad y surrimienfo : 
Ay ! es en vano 

Que olígerer prelendos iu lormenfo : 
La sendo abierta anie (u paso 
Monótona fe lleva basta (u ocaso . . . 
( Hermaao mi» .,.). 

En muchas otras de sus poeaíae lucen loa varíoa ma- 
tices de ati eentimiento estótico, como por ejemplo en 
ese ramo de alejandrinos franceHes designados con el 
título de Un Révt, llenos de ideas felices y en los cuales 
conciertan la sencille?. de la versidcacidn y la verdad 
del humano ideal que persigue la poetisa. 

Pero, sobre todo, admira el culto que esta musa gen- 
til rinde a la iiaturale/A. Su vocación panteística se es- 
boza ya en Dedkaívna y ad([uiere vigorosos raagos en 
Póníeismo, que es un bello escor/.o rebosante de savia 
ubérrima, y en Primavera, que acaao da la medida de su 
(.'xquisita sensibilidad. Oíd estas estrofas de lo segunda; 



152 OPINIONES AC3RCA DE ESTE LIBRO 



Mi cuerpo es como incienso que ol oiré se evapora; 
Mi vida se confunde con (oda humilde vida: 
Murmura con la brisa, con el roclo llora 
Y en el éler disuelfe, vago en la Itiz perdida. 



Soy una con el Todo, y el Todo en mi se funde ; 
No s( dónde comienza mi ser, ni dónde ocaba. 
Un coraión inmenso en donde el mió se hunde 
Palpiio sobre el mundo y de el me rinde esclava. 

Primavtrt contiene vereOB de inBaita añoranza: 

¿Qué importa que (c vistas de armonios 
Y derrames (us galas y tesoros, 
Si (us hojas, (us llores y tus nidos 
No son los mismos que linó en sus oros 
El beso de Ponientes extinguidos ? . ■ . 

Hay en I» roisroa parte del libro unos versos A Juen 
Ramón Jiménez en cuyo ritmo parece fundirse mieterio- 
saznente el gran sollozo de la vida. ¡ Qué emoción tris- 
tÍBÍma la que producen esos vereos suficientes para una 
consagración \ 

En Formas, expone la alondra uruguaya su concepción 
de la poesía : 



OPINIONES ACERCA DB ESTE LIBRO 153 



• • • en la forma nueva, reAnoda y cxlroño 
Pierde sabor y aroma el elixir del alma. 

Contengo en ello oon Luisa Luisi. Acicateado por el 
deaeo de imposibles formas nuevas, el poeta cae en la 
afectación; y cuando no se es sincero, corresponde en- 
mudecer para siempre. La poetisa lo ha comprendido 
así; sabe que la originalidad,— la verdadera originali- 
dad, — consiste en la expresión de los sentimientos, y 
exterioriza loa snyos con singular delicadeza, sin des. 
cuidar por eso el aliño de los elementos formales. 

Toda su obra es un himno a la naturaleza, porque 
dondecjuiera que ella percibe un latido, se detiene y lo 
traduce; una fragancia, la aspira con fruición y la 
difunde en sos versos; un matiz, lo retiene en la retina 
y os lo ofrece Umizado deliciosamente por su espíritu. 
Y así, aguzando los sentidos junto a la naturaleza que 
le prodiga sus encantos, la poetisa tiene siempre algo 
que cantar después de haber puesto a prueba la finura 
de BU sensibilidad. 

La autora de este libro no ignora las modalidades de 
los nkás encumbrados poetas castellanos y franceses del 
momento actual,— ella misma os lo ha dicho en unos 
versos polirrítmicos en que presiente, como todo poeta 
insatisfecho, la gestación de sn gran poema,— pero, 
como tampoco ignora el valor de la sinceridad en el 
arte, canta sus propias emociones, sin amaneramiento 



154 OPINIONES ACERCA DE ESTE LIBRO 



alguno; od hablu cou cierta iucettidumbre de aua mira- 
jes de soñadora- en. cuya imaginación revuela con fre- 
cuencia la paloma de la melancolía, y os concede 
generoBamente el cauilal de »uh ensueños en estrofas 
entueiáaticaa a fuerza de 8er sentidas- Porque, como 
indudablemente habrán adverti<lo los lectores doctos, 
ella no retuerce la urdimbre de sus verson, ni desnatu- 
raliza la e^iencia de sus TÍsiones encantadoras, (releed, 
sino, esH graciosa poesfa: En le Playa <k PocHos), ni exa- 
gera el ritmo de sus movimientos anímicos que tanta 
idea de belleza sugieren. 

M. PÉííEZ Y CURIS. 

Junio 15 de ¡916. 



ÍNDIDE 



Dcdicalarifl 3 

PASIÓNALE5 

Miróme ast 7 

Tus ojos O 

Tardes de Enero 11 

Siempre lus ojos 13 

Para (us monos 17 

Ojos verdes 20 

Tua ojos, Itis ojos negros 2> 

No eras iú 37 

Pin 30 

A unos ojos «sules 32 

Pora tua ojos verdes 33 

PANTEISMO 

Panteísmo 41 

A Juan Ramón Jiménez O 

Primavera 43 

Crepuscular 30 

Lo espera 52 

Mediodía 34 

Hay días. 37 

Canto a la luí 3V 



156 



ÍNDICE 



Piflinb 

UN RÉVE 

Au bal masqué 67 

Une lettre 70 

A larat inconnu 72 

ñn de r«ve 73 

DOLOR 

Al corazón SI 

65 

Desesperanza 67 

Hermano mío 69 

Visión 92 

Dormir 06 

Consolación Qfl 

101 

ENSUEÑO 

Formas 107 

En el Tigre 1Ü9 

Verhaeren 111 

La jornada del peregrino 1 13 

En la playa de Pocilos 126 

El Milagro I2« 

Leyendo "Les Nuits " de Musset 130 

Más larde 133 

Insomnio 136 

El relicano de oro > 136 

A Sofía 140 

Dos opiniones acerca de cate ¡ibro 143